Es muy probable que en varias situaciones de nuestra vida necesitemos recurrir a un abogado para que lleve a cabo las legalizaciones pertinentes que requieran. Por ejemplo para formar una sociedad, para divorciarse, en caso de tener que realizar una denuncia, para que redacte un contrato de trabajo, etc. En todos los casos es conveniente recurrir a una profesional especialista en la rama del derecho que necesitamos. Para cualquier cuestión vinculada al ámbito de trabajo debemos buscar un buen abogado laboral.
La experiencia, entonces, es muy importante. Un abogado especializado en lo laboral sabrá asesorarnos atinadamente según nuestro caso, sin perder tiempo con acciones que no nos servirían o que incluso nos perjudicarían. Debemos fijarnos que el abogado en cuestión pertenezca a un estudio también especializado en la rama laboral del derecho o que sea dueño de dicho estudio.
Asimismo, es importante fijarse en los antecedentes académicos y en las referencias. Para los antecedentes académicos sólo hace falta buscar en la web, donde seguramente se encontrará el curriculum vitae del profesional y fijarnos en qué instituciones estudió. Hay algunas muy reconocidas por su carrera de derecho y otras no tanto. Por otro lado, las referencias son una excelente fuente para contratar un abogado laborista, ya que si este ha trabajado de forma correcta, leal y honesta sus clientes lo recomendarán sin dudarlo.
Otra cuestión a tener en cuenta es que el abogado laboral que elijamos sea accesible. Para esto debemos fijarnos que su estudio jurídico no quede demasiado alejado de nuestro domicilio, ya que es probable que debamos ir varias veces a realizar reuniones y entrevistas. A su vez, que el abogado laboral tenga disponibilidad para trasladarse, en caso de que no lo pueda hacer el cliente o que tenga que realizar investigaciones u otros trámites. En este punto también es importante que tenga como mínimo dos líneas telefónicas en donde localizarlo y un e mail.
Si el abogado laboral es el defensor de la parte actora, es decir del trabajador, los honorarios que debe cobrarle por resultado no deben superar el 20 o el 25% del total. Por inicio o asesoramiento a la parte actora no debe cobrar. También tiene que ser leal con el cliente y asumir la defensa seriamente hasta el final del juicio.